Más de Cuarenta

Más de cuarenta años, más de cuarenta sueños, más de cuarenta vidas, alegrías y tristezas. Más de cuarenta ideas, más de cuarenta proyectos, más de cuarenta amigos y enemigos. Más de cuarenta fallas, más de cuarenta virtudes. Más de cuarenta historias, más de cuarenta cuentos y novelas. Más de cuarenta secretos, más de cuarenta consejos. Más de cuarenta y mucho más. ¡Bienvenidos!

martes, 14 de agosto de 2007

Mi primer libro, ya está a la venta.

Así como lo lees.

Hoy he terminado la edición electrónica de mi libro "Sangre, Sudor y Lágrimas: Cuentos con cuento", el cual puedes comprar en versión descargable PDF o impresa. La versión impresa cuesta un poco más de USD 17,00 (ocho mil pesos) pero se demora en llegar si no estás en USA o Europa. El descargable PDF cuesta USD 5,00 (dos lucas y media).

¿Servirá internet para por fin hacerme un espacio en el mundo literario?

Bueno, de ustedes depende. Esperaré sus comentarios sobre la lectura.

Para comprarlo, pinchen en el botón siguiente:

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De antemano, muchas gracias.

sábado, 28 de julio de 2007

Amma, la señora del abrazo, en Chile

Durante este fin de semana estuvo en Chile Mata Amritanandamayi Devi, Amma. La prensa y la televisión se hicieron eco del fenómeno que tal visita provocó en la población ávida de sucesos espirituales, renovaciones y sanaciones varias. Su visita me ha motivado a escribir estas reflexiones.


¿Quién es Amma?

Según el sitio web http://www.ammachile.cl, se trata de una "maestra realizada", es decir, quien ha experimentado la unión con la divinidad. El mismo sitio pregona que esta mujer lleva 30 años dedicada al servicio de sus semejantes, levantando un gran número de obras caritativas tales como consultorios, hospitales, orfanatos, esculelas y centros de enseñanza superior en diversas partes del mundo. La característica más representativa de las visitas que Amma realiza en cualquier país que la acoja, es la celebración de maratónicas y multitudinarias ceremonias (darshan) en las que miles de personas hacen filas durante horas para conseguir un abrazo de 30 segundos en el amplio seno de la señora.

Los testimonios de quienes han disfrutado de ese momento hablan de diversos efectos en su ánimo, en su espíritu e incluso sanaciones físicas.

En resumen, una buena señora, dispuesta a entregar apoyo, afecto y energía anímica en base a un gesto casi olvidado en nuestra sociedad del desapego: un abrazo sincero. Nada malo se puede decir de ella, de sus intenciones y sus obras.


Sin embargo ...

Sin embargo, me pregunto: ¿Tiene que venir alguien del otro extremo del mundo para mostrarnos algo tan obvio? ¿Producirán sus abrazos un cambio real y sustancial entre los abrazados? Fuera de ser momentáneamente conmovidos (incluso se vio a algunos famosillos y faranduleros en poses místicas de recogimiento), no creo que provoque cambios radicales.

¿Por qué mi escepticismo? Varias razones:

1. Fue un evento organizado por y para esa casta new-age ABC1 de la capital, como ya dije, ávidos de fenómenos espirituales pero que no trepidan en cercar sus casas con muros cada vez más altos, y con vivir cada vez más aislados y lejanos de la parte más pobre de la ciudad. Es un contrasentido que representantes de la clase social en que se practica con más ahinco la segregación social, traiga a Chile a una representante de India, país en donde el sistema de castas es brutal e inflexible. ¿Sabrán ellos que la misma Amma suscitó el reparo de muchos religiosos hindúes por pertenecer a una casta inferior?

2. El lugar del evento era de fácil acceso a todos aquellos que viven en los suburbios caros de Santiago, y que cuentan con movilización propia. El resto, el "perraje" clase media, que se las arregle viajando hasta dos horas en nuestro horrible "Tranchantiasco".

3. Se armó una enorme fila de personas para llegar a Amma, pero además se organizó otra fila más expedita para "casos especiales". Estos casos especiales no eran minusválidos o ancianos, sino por ejemplo, un joven matrimonio recién casado que deseaba la "bendición" de la buena mujer.

4. Apuesto doble contra sencillo que el 99,99 % de los abrazados por Amma no han dado un abrazo sincero desde hace años, y no lo darán después, tampoco. La solidaridad y el amor por el prójimo no se consiguen en forma mágica, ni siendo abrazados por una dulce mujer, por muy buena o santa que sea, si en el fondo de nuestro corazón no existe el real deseo de entregárnos a nuestros semejantes.

Insisto: ¿Tiene que venir Amma a abrazarnos para que volvamos a entender el valor de un abrazo? ¿Los abrazados por Amma saldrán ahora a la calle a repartir ese amor entre los desposeídos? No lo creo. A lo más, organizarán pequeñas e íntimas fiestas de los abrazos entre sus íntimos, en donde intercambiaran opiniones sobre el efecto que el abrazo de Amma tuvo en ellos, de como ha "cambiado su vida" después de eso: -"Ahora le perdono al gordo que invite a sus amigotes a Chicureo"; -"No importa que mi chanchi haya chocado la 4x4, dos veces".

No creo que acepten mezclar el aroma de sus perfumes, la delicadeza de sus pañuelos, con el olor del pueblo y la ropa sucia del pobre.

¿Sabía Amma, antes de venir, al país que llegaba? No lo creo. De saberlo, creo entenderla, ella habría exigido reunirse con la gente en el Estadio Nacional, en la Plaza de Armas, en el Parque O' Higgins o algo similar. Ella habría privilegiado sus abrazos para aquellos que realmente los necesitan: los que han pasado frío en la calle, los que tienen hambre, los desposeídos, los desclasados, los rechazados y toda la masa de gente que es considerada parias, deshechos y ruinas de esta sociedad de porquería que constituimos todos.

Si Amma te ha abrazado, si realmente crees en lo que ella representa, si crees que realmente ella te ha impactado para siempre, sal ahora a la calle y abraza con amor a un desconocido, pregúntale que siente, cuales son sus problemas, ofrécele tu ayuda.

Y si Amma no te ha abrazado, házlo de todas formas. No es necesario que nadie te abrace para que aprendas eso. Sólo necesitas ser menos egoísta, mirar menos tu ombligo y aprender a dar.

jueves, 12 de abril de 2007

LUN.com - El estado de la prensa en Chile



La edición de hoy 12 de abril del periódico Las Últimas Noticias, pone a toda portada el siguiente titular: “Chascarro de Consuelo en TVN”, refiriéndose a Consuelo Saavedra, una hermosa e inteligente periodista nacional. Tal chascarro se refiere a un chilenismo que la señora Saavedra dejó escapar en cámara pensando que no estaba al aire.

Cuando imagino a los periodistas titulados que tienen como tarea el tragarse todas las transmisiones televisivas, grabándolas para pesquisar segundos de chascarros como ese, siento mucha pena por personas como mi propia sobrina, que estudia dicha carrera con el entusiasmo y el cariño que sienten los jóvenes cuando creen que podrán cambiar el mundo.

Cuando pienso en el editor en jefe de ese medio impreso, que debe lidiar diariamente con la titánica tarea de escoger el titular más impactante, siento que no debe estar muy contento, pese a las lucas que reciba (o quizá, debido a ello). El nivel intelectual que demuestra, el grado de sintonía con los temas inteligentes y su olfato ganador, lo deben tener muy bien conceptuado para la siguiente vez que desee encontrar trabajo en algún medio escrito: “Yo escogía los titulares de LUN”, dirá con orgullo.

Claro, se podrá disculpar diciendo que esas son las instrucciones que recibe del director del medio. ¿Las lucas le impiden valorarse un poco más? ¿El sueldo le obliga a dejar de pensar y seguir trapeando el piso con el título de periodista? ¿Porque el título lo tiene, no es así?

Es que eso es lo que la gente quiere, eso lee, por eso paga; se justificará entonces. No se paga, señor. La gente no gasta doscientos pesos en eso si lo puede leer gratis en la oficina, por Internet.

¿Y eso es lo que la gente quiere, eso es lo que nos gusta y queremos leer?

Ahí me desarma, ese editor, porque no puedo hablar por toda la gente. ¿Realmente existe una mayoría que prefiere y quiere leer ese tipo de prensa? ¿LUN se financia por sus compradores, por sus anunciantes, o por el bolsillo de Edwards que procura mantener a la gente distraída en nimiedades y farándula para impedirles pensar y crear alternativas de cambio?

¿Por qué aceptaron los santiaguinos engendros tales como el Transantiago? ¿Por qué no hemos vivido una reacción masiva de protesta y repudio tras situaciones como MOP-Gate, desmalezamientos brujos, facturas falsas, Digeder, Copeva y un enorme etcétera? ¿Por qué toleramos abusos de empresas que al momento de vendernos cualquier producto o servicio nos ofrecen el oro y el moro, y al momento de reclamar entramos en una espiral de indiferencia y desidia? Porque medios de desinformación, de embotamiento social como Las Ultimas Noticias, nos están enseñando a pensar con el trasero.

La próxima vez que escuche a alguien quejarse de lo mal que está el gobierno, lo mal que anda la educación, lo podrida que está la política de cualquier signo, lo corrupto de la sociedad y otro tipo de quejas; voy a fijarme si lleva LUN bajo el brazo, o le pediré me comente cual es su medio de prensa favorito. Es una gran forma de separar la paja del trigo, y no perder el tiempo intercambiando opiniones con quien carece de las propias.

In Memoriam



Cuando perdemos a nuestros padres, nos llamamos huérfanos. Cuando fallece nuestro cónyuge, el español nos permite denominarnos viudos. Sin embargo, no existe en nuestro idioma una palabra que nos identifique cuando perdemos un hijo.

Lukas falleció hace un año, el 12 de abril de 1996. Tenía poco más de cuatro meses, y nos dejó producto de una infección intrahospitalaria luego de resistir cuatro operaciones para corregir las malformaciones con las que vino al mundo, pues padecía Craniosinostosis. Le sobrevive su hermano gemelo, Dámaso, que tiene un año y cuatro meses con nosotros.

Dámaso ha sido más resistente (o quizá ha tenido mejor suerte). Todas las intervenciones comenzaban primero con Lukas, debido a que el síndrome se manifestaba con mayor severidad en él. Pronto se someterá a otra operación, de alto riesgo como las 6 que ha vivido ya. Seguirá operándose por lo menos hasta que pase los dos años y su cerebro haya alcanzado el tamaño normal. Hasta la fecha no manifiesta daños neurológicos, salvo el explicable retraso en su desarrollo motriz por haber pasado casi la mitad de su pequeña vida hospitalizado, y el no haber comenzado a hablar o deglutir por si mismo, ya que vive con una traqueotomía y una gastronomía. El cierre de estos orificios se producirá cuando se hayan terminado todas las operaciones pendientes.

Hoy, frente a la lápida bajo la que reposan los restos de Lukas, conversaba con él en silencio, tratando de adivinar si nos extrañaba, si extrañaba a su hermano y si planeaba llevarlo a su lado pronto. No logré adivinar lo que quiere mi hijo fallecido. No es sencillo comunicarse con un mundo tan desconocido como el que nos espera al dejar éste.

Lukas me ha acompañado durante este año, en diversas ocasiones en donde la angustia y el agobio pretendieron hacer presa de mi ánimo. Pequeñas señales y sucesos me dieron la pista de que mi peladito está cerca, y que hasta el momento ha ayudado a su hermano a dar la pelea, y a nosotros, sus padres y hermanita, a seguir adelante.

¿Es válido que nos aferremos a Dámaso para que permanezca con nosotros? ¿No es lo correcto hacer menos esfuerzos quirúrgicos que lo torturan, y dejarlo partir si eso es lo que debe ocurrir? Dámaso está vivo y es feliz, lo notamos porque todo su cuerpo sonríe cuando recibe a mamá, a su hermana o a papá después de un rato sin vernos. Está despierto y se las ingenia para comunicarse, buscándonos con sus enormes ojos, esforzándose para sacar un sonido de su garganta, pese a la traqueotomía, para que nos volteemos a verlo. Nos despierta, a veces sonriente o a veces malhumorado en las mañanas, para que cumplamos el rito de cambiarlo, bañarlo y alimentarlo. Manifiesta su agrado o desagrado con los eventos y las personas que va conociendo, se esfuerza por descubrir un mundo que médicamente no estaba preparado para recibirlo. El y su hermano estaban desahuciados al nacer, dada la gravedad de su síndrome. Y sin embargo, de no mediar la infección que se llevó a Lukas, gracias a la pericia del neurocirujano que se atrevió a intervenirlos, quizá todavía estaría dando la pelea, con nosotros.

Por lo pronto, pretendo alejar de mi cabeza y mi ánimo aquellas preguntas de tan difícil respuesta. Lukas me dejó como principal legado, el aprender a valorar lo efímero de la vida, reconociendo en ella y en la duración que nos toque en suerte, aquellas cosas realmente importantes.

Hoy, cuando estoy con alguien, realmente estoy. Me esfuerzo por escucharle con atención, con empatizar lo más profundo que puedo con sus sentimientos, con ser sincero y honesto en mis palabras, procurando no guardar nada que en algún momento siguiente pueda ser ya tarde para decir. Antes me enfadaba por cosas sin importancia, me revestía de orgullos falsos sostenido por mi cultura y conocimientos, desdeñando ciertos contactos con quienes no consideraba estar a la altura de lo que quería yo decir.

Hoy sé que cada persona es un mundo, que cada uno de nosotros tiene un secreto valor dispuesto a descubrirse sólo ante aquellos que se animen a dejar de lado su propio egoísmo y su vano orgullo. Todas las vidas, de todas las personas, son valiosas y útiles para alguien más, sin importar lo extenso o breve que pueda ser su paso por este mundo.

La muerte de un ser querido tiene esa virtud, dolorosa pero que no se puede obtener de otra forma. La virtud de hacernos ver nuestra relación con el universo entero, del cual somos una minúscula parte. Nos sitúa en nuestro valor real, y nos impele a dejar en este mundo algo más imperecedero que una heredad.

En concreto, la muerte de Lukas nos ha llevado a valorar cada segundo que Dámaso nos ha regalado hasta la fecha. La angustia y el temor a que nos deje no amaina, pero al tener que vivir día a día con eso, hemos aprendido a tolerarlo aprovechando al máximo cada momento que tenemos con él.

Quise recordar hoy a mi peladito Lukas, porque sé que esa es una de las formas donde él me siente a su lado. De esa forma no nos extraña tanto y yo no sufro tanto su ausencia.

Hijo, te amé muchísimo, de una forma que no se mide por tiempos más o tiempos menos. Te seguiré amando toda mi vida, y tengo la secreta esperanza de que, en algún momento y lugar, volveré a tomar tu manito y jugaremos juntos por toda la eternidad.

martes, 10 de abril de 2007

¿La culpa es del espejo?

Con grandes titulares se anuncia un nuevo cambio de gabinete en el gobierno de Michelle Bachelet. Sale el ministro Espejo y entra René Cortazar.Cortázar es claramente un tecnócrata eficiente, ha sido Ministro del Trabajo y Previsión Social entre 1990 y 1994. Integra los directorios de D&S, ENTEL y CorpBanca.

Sobre el Transantiago, ha declarado que el principal error de dicho plan es "conjunto de problemas que ha generado un transporte público que hoy no es adecuado ni protege adecuadamente la dignidad de las personas". Podemos suponer entonces que en D&S el trabajo si es adecuado y protege la dignidad de sus trabajadores. ¿O no?

Durante el año 2000 fue Director Ejecutivo de Televisión Nacional (TVN), donde estableció las bases que rentabilizaron nuevamente al canal, pero en noviembre de ese año protagonizó un penoso caso de censura contra el programa Informe Especial, sobre el capítulo que reporteaba la intervención de la CIA en Chile durante la década del ’70. Este episodio le costó la renuncia al periodista Jaime Moreno Laval, debido a que decidió emitir el cuestionado capítulo contraviniendo los deseos de Cortázar, quien quería revisar el material antes de su emisión, según se lo habían solicitado los miembros de tendencia derechista del directorio de TVN.

En suma, René Cortazar es un economista brillante, pero su comportamiento en temas tales como la libertad de expresión y la protección social lo acercan más a los peores defectos de la derecha, que a la Democracia Cristiana, partido que lo cuenta entre sus filas.

¿Por qué sale Sergio Espejo del gabinete? ¿Nadie ha reparado que las medidas anunciadas por Cortázar perfectamente pudieron ser anunciadas por Espejo, ya que no fueron creación del ministerio de Transporte, sino en gestión conjunta con el ministerio de Hacienda? ¿Por qué se pretende poner a Cortázar como el iluminado que trae soluciones, cuando éstas no son de su autoría?

Espejo cometió el error de chileno decente: dar la cara, comprometerse con la tarea encomendada, sin importar lo difícil que fuera y el hecho de que lo hayan tirado derechamente a los leones. El ciudadano de a pie así lo reconoció durante su salida, saludándolo en las calles sin odio, agradeciendo su esfuerzo.

El ex-ministro Espejo pagó caro el haberse convertido en un espejo donde se miraron todos los incompetentes del gobierno, un espejo que les devolvió virtudes de las que carecen los que se lavaron las manos, los que se protegieron las espaldas, los que simplemente se hicieron los lesos tratando de pasar piola.

Definitivamente, el gobierno de Bachellet, a quien entusiastamente apoyé en sus inicios, se está convirtiendo en el mejor propagandista de un siguiente gobierno de derecha. No se construye gobierno eliminando justamente a los elementos que hacen las cosas bien, sin importar los costos personales que signifique hacerlo.

Se soban las manos Piñera y otros, porque ven cada vez más cerca su llegada al poder en el próximo periodo. Detesto la figura machista de mi siguiente frase, pero hasta el momento, la presidenta no consigue ponerse de veras los pantalones para asumir el cargo como corresponde. Se cumplen los peores vaticinios de quienes pronosticaban que su gobierno sería no sólo breve, sino de triste recuerdo debido a la indecente manipulación que de él está haciendo la derecha y lo que es peor, los derechistas infiltrados en la propia Concertación.

¿Y Lagos? Bien gracias. Calladito, dando el ejemplo de cómo pasar piola sin asumir responsabilidad ninguna, protegiéndose en la falsa imagen de estadista que logró construir con el apoyo de los poderes fácticos que lo despidieron con loas y aplausos. Jura que de esa forma tiene un nuevo periodo asegurado, pero la derecha le tiene preparada una sorpresa.

jueves, 15 de marzo de 2007

Meritocracia - Alternativa posible

La meritocracia es la forma de gobierno basada en el mérito. El principal problema con el que nos enfrentamos los defensores y propulsores de tal sistema, es la definición de los méritos. Actualmente, la meritocracia tiene contradictores feroces debido a que se asocia mérito a capacidades socioeconómicas y culturales.

Teóricamente, en una sociedad con alcance equitativo a la educación, todos los hijos de una misma tierra comienzan su desarrollo en igualdad de condiciones. Sin embargo, sabemos que en la actualidad tal igualdad no pasa de ser una utopía. Por ello, los méritos que un ciudadano logre reunir en la postulación a un cargo cualquiera, se ven fuertemente influenciados por su cuna. Los que pertenecen al quintil más rico de la población, aparecerán como más meritorios a cargos directivos o de responsabilidad social. Los del quintil más pobre, en cambio, no consigue equiparar su voluntad de aprender, su honestidad, su esfuerzo y sus auténticas ganas de trabajar, con las capacidades adquiridas por quienes tuvieron mejor suerte al nacer en una familia acomodada y con mayor acceso a la educación.

La meritocracia en que creo y la que defiendo, no considera mérito la fortuna, el apellido o el origen social, puesto que son situaciones sobre las que el individuo no tiene control. Los méritos válidos son la honestidad, el tesón, el empuje. Aquellos valores que se obtienen de una adecuada formación moral, aquellos que nos permiten considerarnos una sociedad humanista y respetuosa de los derechos y libertades de nuestros semejantes.

Entonces, aterrizamos una vez más en el eterno problema, la piedra de tope de muchas sociedades como la nuestra: La educación.

Quisiera, desde mi humilde trinchera de opinión, generar una fuerte corriente de pensamiento que logre remover los estamentos que deben ser agitados. Quisiera hacer ver a la clase dirigente, a quienes tienen el poder de decisión, la importancia que tiene el construir en Chile una educación equitativa para todos los chilenos. No considero nada más importante, nada más meritorio (muy a propósito uso esa palabra) que destinar a la educación, por ejemplo: los famosos excedentes del cobre, el 10% destinado a las FF.AA., los dineros que se pierden en concursos brujos o en instituciones sin fines de lucro pero que se comportan peor que el más fiero y rapaz de los delincuentes, en concursos públicos de dudosa seriedad, en proyectos del tipo “Chilerecortes”, en desmalezamientos brujos, en obras públicas deficientes.

Lamentablemente, estoy cierto que tales deseos chocan actualmente con una masa de políticos enquistados en el poder y cebados con él. No sólo políticos, sino que una enorme mayoría de la clase dirigente, los empresarios y los propietarios de medios masivos de comunicación. Todo aquel que posee aunque sea una minúscula parcela de poder, no está dispuesto a arriesgarla en una competencia de méritos. Mucho menos a impulsar iniciativas que nos hagan a todos realmente más iguales, por lo menos en nuestro punto de partida.

Por ello, como la enorme mayoría de los procesos de cambio social, debe comenzar desde la base. Debe comenzar a expandirse como el minúsculo gotear en el concreto de una represa, que pacientemente será primero una grieta, luego una rajadura y finalmente un aluvión que arrasará con todo.

Imaginemos una sociedad meritocrática.

Como la educación será equitativa y de igual calidad para todos, desaparecen las diferencias sociales, se reemplazan por el respeto entre todos, por valores tales como la colaboración, el trabajo en equipo, la solidaridad y el respeto por las diferencias. Si la educación es la suficiente para todos, los adolescentes tendrán valores tales como el respeto por su propio cuerpo y el de los demás, por la vida que está por nacer, por una sexualidad sana. Cada compatriota podrá soñar con desarrollarse en el área que realmente colme su vocación. Una sociedad meritocrática ya no te valora por cuanto tienes o cuanto ganas; por ello, los puestos más ansiados ya no serán los que tengan un mejor sueldo, porque aprenderemos valores que nos hacen preferir el bienestar espiritual, la paz conmigo mismo y con mis semejantes, por sobre el tener y acumular bienes materiales. Las religiones pierden su razón de ser, por cuanto el ser humano se transforma en profundamente humanista, ávido de conocimiento y crecimiento intelectual y moral, más que económico. El carpintero será igual de dichoso que el ingeniero, porque está haciendo aquello que lo hace feliz y satisface sus necesidades. Los sueldos serán todos más justos, acordes ya no a la cantidad de gente que tenemos a cargo, sino a la calidad de nuestro quehacer, a su importancia para el conjunto de la sociedad. Como aprenderemos otro tipo de valores, ya no nos desesperaremos por tener el auto más grande, la casa más grande, los últimos chiches tecnológicos para rivalizar con el vecino. Valoraremos el morar en una vivienda decente y limpia, en un ambiente sin polución ni violencia, en una familia que se respeta y ama por sobre las diferencias. No existirán sueldos exorbitantes, que ofenden la moral más básica, pero tampoco aquellos salarios de hambre que desesperan al enorme porcentaje de la población actual. Aprenderemos a vivir con lo justo, a no envidiar ni necesitar tener más que el otro. Es como la utopía socialista, pero esta vez no pretende nivelar ni hacia abajo, ni hacia arriba. Nivelamos según otro patrón, según el estándar del ser humano nuevo, uno que aspire a ser feliz y aprenda la verdadera manera de serlo sin agredir al otro.

Columnas como ésta pretenden instaurar una idea en el debate. Si se lograra construir una sociedad realmente meritocrática, significaría que dejamos de pensar en nosotros mismos, que abandonamos los egoísmos y las metas cortoplacistas. Que aprendemos a mirar por el bienestar del otro y por el de las generaciones venideras.

Significa, en realidad, dar a luz otro tipo de ser humano, otro tipo de sociedad.

¿Es realmente tan imposible?

sábado, 3 de marzo de 2007

El asalto del Hambre


Me encontraba almorzando en un establecimiento del centro de Santiago de Chile y me había ubicado cerca de la puerta de entrada, pues hacía mucho calor y en esa posición recibía algo de aire fresco.

Había pedido un plato típico chileno, el "churrasco a lo pobre" (uno o dos cortes delgados de carne de vacuno, cebolla frita, huevo frito y papas fritas). Terminaba de sazonar el huevo, había probado algo de las papas y terminado de cortar la carne en trozos más pequeños para comerlos con calma mientras leía el periódico. De pronto, la sombra de una persona se instala sobre mi hombro derecho, y una mano sucia se arroja sobre mi plato, empuñando la carne, el huevo y parte de las papas.

El asalto fue tan de improviso, y la tranquilidad y el descaro del tipo fueron tales, que no atiné a reaccionar de niguna forma. Segundos después de que el pordiosero desapareció, me invadió un sentimiento de asco al recordar la zarpa inmunda en mi plato, pero extrañamente, desapareció muy de prisa. Llamé al encargado y le expliqué lo sucedido, ante lo cual me trajeron otro plato de iguales características.

Mientras terminaba ese almuerzo, no logré sentir enojo contra el asaltante. Recordé haberlo visto al entrar al local. Quizá me tendió la misma zarpa que momentos después escarbaría en mi plato, y en ese momento no le presté atención. Soy muy dado a fantasear, por lo que de pronto me vi imaginando lo que debió haber sido mi actitud. El almuerzo aquel cuesta algo así como 4 o 5 dólares. Tenía más del doble de esa cifra en los bolsillos, perfectamente pude haberle dicho al pordiosero que se levantara del piso y se sentara a almorzar conmigo. ¿Lo habrían dejado entrar los dueños del local? Me he propuesto ahora firmemente, repetir la escena el próximo sábado. Iré al mismo lugar y espero encontrar al mismo miserable ser humano en las cercanías del local. Lo invitaré a almorzar y procuraré que lo dejen entrar conmigo.

¿Soy más bueno, más bondadoso que el resto de mis congéneres? No. Soy un tipo muy pragmático y realista. Puedo ser muy duro, a veces. Ocurre que me he sentido muy estúpido porque, momentos después de ese suceso, se me ha ocurrido gastar otros cuatro dólares comprando un CD de software pirateado, y al llegar a casa descubro que pagué cuatro veces lo que vale el mismo CD en el comercio establecido, pues estaba vacío. Me habían timado. Me sentí muy mal porque interpreté todo esto como una de esas señales del entramado social donde nos movemos, una señal muy clara y dura. Hubiera sido mucho más sensato (no generoso, sensato) invitar a almorzar al tipo aquel. Me habría ahorrado el disgusto de sentir violentado mi almuerzo, le habría evitado a el mismo el tener que robar para comer (aunque sea sólo por esa ocasión) y me habría evitado el llegar a casa a sentir el amargo sabor de boca que obtienes cuando te toman por estúpido.


sábado, 24 de febrero de 2007

Transantiago - ¿Quién protege a Andres Navarro y Sonda S.A.?

Durante la reciente crisis del sistema de cobro en los buses del nuevo plan Transantiago, leo en prensa declaraciones de Andrés Navarro, propietario de Sonda S.A. -el supuesto gigante tecnológico detrás del AFT (Administrador Financiero del Transantiago)- quien pretende explicar la falla que obligó a decretar gratuidad del pasaje por más de una semana.

-“Ingenieros de Sonda digitaron mal la tarifa en 300 buses del plan, al valor antiguo de $ 370 en lugar de los $ 380 actuales.”

Recuerdo que hace décadas existía en Chile un Colegio de Ingenieros, que ante este tipo de declaraciones habría hecho sentir su voz. ¿Existe todavía?

¿Ingenieros dedicados a digitar datos en los sistemas? La excusa de Navarro huele no solo a mentira, sino a ignorancia total del negocio que supuestamente dirige y conoce.

Pero, siendo yo mismo un ex-empleado de una de las tantas filiales con las que Sonda pretende evadir impuestos, puedo entender que tal cosa sea posible.

Cuando llegué a Santiago, retomé mi profesión informática en los años del pretendido caos de fin de milenio, en el que cientos de empresas, analistas y programadores, hicimos nuestro agosto a costa de la ignorancia de los administradores de empresa, la complicidad de los entendidos de informática dentro de cada una y una campaña de terror a escala global. Mi primer trabajo en la capital consistió en explorar miles de líneas de código, a veces sin apoyo de herramienta tecnológica alguna, buscando el bug de la fecha (aquel fallo de programación que representaba los años sólo con los dos últimos dígitos, con lo que el año 2000 sería representado sólo como ‘00’, originando caos financiero, gigantescas pérdidas de datos y financieros, y una debacle socio-económica global solo comparable a una plaga bíblica).

Había miedo y había plata para protegerse de él. Por eso, muchos analistas o ingenieros las hicimos de programadores o digitadores, poniendo 6 años de formación académica y otros muchos de autoformación profesional, al servicio de una tarea aburrida, monótona y desgastante, por el mero impulso de las lucas, que entonces llovían a destajo sobre todo aquel que se declarase “Gurú para evitar el caos del 2K”.

Sonda fue la empresa que más profitó de aquellos programadores, analistas o ingenieros que, teniendo entonces más de cuarenta años y conociendo un lenguaje teóricamente en desuso como es el COBOL (y que desde entonces nunca más nadie tuvo el descaro de considerarlo obsoleto), veían de pronto sus sueldos incrementados al doble y por hacer una tarea que, aunque aburrida, no tenía casi complejidad.

De todas las empresas dedicadas al entonces boyante negociado del “outsourcing” (externalización de profesionales), Sonda se caracterizaba por ser la que menos pagaba y la que más explotaba a sus empleados. Las enormes redes que ya en ese entonces Navarro tejía en el entramado de la banca y los servicios públicos, le garantizaba un enorme caudal de clientes y recursos, pero ni por asomo se le ocurrió compartir tal bonanza con quienes engrosaban sus bolsillos.

En particular, en cuanto pude salirme de esas garras no lo dudé. Ingresé a otra empresa de outsourcing, más pequeña pero que manifestaba mayor respeto por el empleado y una ética laboral más honesta.

Durante mi estadía en Sonda, era moneda corriente escuchar las quejas de ingenieros que se sentían subutilizados, abusados y mal pagados, explotados en horarios extenuantes y por supuesto, de horas extras pagadas, ni hablar. No se trata de menospreciar aquí las tareas de un técnico o programador (yo comencé siendo uno de ellos), pero lo que ocurría en Sonda en aquel entonces era que el técnico o programador era considerado un elemento totalmente descartable, recurso renovable e inagotable, por lo que ser tratado laboralmente como uno de ellos, era algo que ningún ingeniero podía tolerar. Si lo hacían era porque Sonda y sus filiales controlaban el mayor porcentaje de puestos de trabajo, y la marea de profesionales que llegaban incluso de Argentina a trabajar por la mitad del sueldo en empresas chilenas, nos hizo a todos agachar el moño.

Y hoy, visto lo visto con el Transantiago, y leyendo las declaraciones de Navarro, tengo que pensar en una de dos alternativas: O es una excusa burda e ignorante para justificar el fallo tecnológico de Sonda ante el AFT, las empresas de buses, el gobierno y los habitantes de la capital; o Sonda mantiene todavía antiguas prácticas de explotación y abuso sobre sus profesionales, asignándoles tareas que los menoscaban (no siendo aquellas para las que se prepararon) y los llevan a cometer ese tipo de errores intencionalmente, o provocados por un estado de ánimo y estrés correspondiente al clima laboral que se reconoce en las empresas Sonda.

Pero existe una alternativa más, que descubro navegando por Internet mientras busco la frase aquella que inicia este artículo. Tras el negocio del Transantiago y su AFT existe una enorme cantidad de dólares comprometidos como pago a la empresa que se adjudicara el manejo tecnológico, y Sonda habría ganado tal licitación mediante el hurto de tecnología a otra empresa (Transporte Inteligente MultiModal, TIMM).

“Sonda firmó un contrato con el AFT por 428 millones de dólares por doce años. Pero los verdaderos costos de implementación de la tecnología para Transantiago son impresionantemente menores. Según TIMM, ascienden a poco más de 40 millones de dólares. Gracias al AFT Sonda obtendrá una ganancia neta de 400 millones de dólares.”

http://www.lainsignia.orgArtículo de Arnaldo Perez Guerra.

Cuando compramos la copia pirata de cualquier software, y resulta que la complejidad técnica del mismo es grande, al no contar con el apoyo autorizado del fabricante, nuestra curva de aprendizaje es mucho mayor. Lo mismo habría ocurrido entonces con la tecnología detrás del Transantiago. Si no soy su autor, y no tengo el soporte técnico que obtiene cualquier comprador legal, difícilmente lo sabré manejar bien de inmediato.

En la segunda parte de este artículo, continuaremos conociendo más de Navarro, de Sonda y de las redes que entrelazan a este personaje con conspicuos personeros del actual y de los pasados gobiernos concertacionistas.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Jefes, no líderes.

Frecuentemente encontramos en los medios de comunicación avisos que nos "invitan" (pagando una costosa invitación, por cierto) a seminarios, charlas o cursos de liderazgo, a cargo de connotados gurúes que traen la última pomada que se ha puesto de moda en los países desarrollados. Tales eventos se llenan de ejecutivos bien trajeados y encorbatados, que aparecen ufanos en las páginas de la vida social.

Abundan también los manuales de auto-ayuda del tipo "Sea un líder en 21 sesiones", que las publicaciones periodísticas de economía y negocios venden a precios rebajados a sus suscriptores.

Pero ¿cuál es la realidad del liderazgo para el chileno medio?

La mediocre cultura empresarial chilena, impregnada todavía por conceptos propios del latifundismo de mediados del siglo antes pasado, entiende el liderazgo como atributo del jefe, del que manda o "el que corta el queque", por usar un chilenismo.

El líder, entonces, no es aquel visionario capaz de aglutinar esfuerzos, formar equipos, abrir sendas y ser el ejemplo de sus subordinados. Todos esos bellos conceptos de los cursos y textos pasan al tarro de la basura sin miramientos. La realidad pura y dura es que nuestros jefes son nuestros líderes "naturales", no por ser líderes, sino por ser jefes.

Enfrentados a una decisión empresarial visionaria, genial y provechosa que provenga de un miembro del equipo con reales capacidades de liderazgo, el grueso del cuerpo laboral siempre preferirá seguir el camino trazado por el jefe. Mal que mal, es el jefe quien te paga el sueldo y quien decide si el mes que viene podrás cobrar tu sueldo o tu finiquito.

Así es que, por lo menos a mí, no me vengan con cuentos ni ejemplos de liderazgo. Pónganme al mando de un grupo de asalariados asfixiados por sus deudas, desesperados por llegar a fin de mes con algunos pocos billetes (cuando no monedas) en los bolsillos, y les mostraré un equipo cohesionado, obediente y respetuoso. Les mostraré a una masa de borregos que siguen a un magnífico líder: al Jefe.

domingo, 4 de febrero de 2007

El criticón

Hace algún tiempo venimos leyendo o escuchando en la enorme mayoría de los medios de comunicación, el material que exponen los mal llamados “opinólogos”. Mal llamados porque emiten opiniones, no hacen estudios de opinión de ninguna clase. Debieran llamarse “opinantes” o comentaristas (de farándula o de cualquier cosa) nada más. Yo mismo no soy más que un comentarista u opinante acerca de algunas cosas que vivo o conozco.

Pero hay otro ejemplar de ésta nueva fauna comunicacional, un ejemplar bastante más antiguo y enquistado en nuestra idiosincrasia nacional: el criticón.

El criticón se precia de saber encontrar el lado negativo a todo lo que es u ocurre en su entorno. Posee una lengua cáustica y un desparpajo impresionante, no trepida en efectuar comparaciones odiosas o sin sentido de las proporciones; se arroga frecuentemente una superioridad inexistente, ubicándose en un pedestal donde se ha trepado por su propia cuenta y sin temor al ridículo.

Le llamo criticón para hacer el correcto distingo con el crítico, aquel personaje realmente versado en las materias que son objeto de su opinión, y que por sobre todas las cosas, no se queda en la mera detección de una falta, sino que aporta desde sus conocimientos una o más alternativas de solución.

Esa es la diferencia principal, y ella permite reconocerles con suma facilidad. Basta tomar la sección cartas de cualquier medio escrito, escuchar o ver los programas de comentarios, o leer incluso algunas columnas de medios escritos, para detectar criticones por cientos.

El criticón tiene lazos de sangre en el chaquetero, el agorero y el envidioso. El pusilánime es su padre adoptivo, ya que el verdadero suele esconderse, de vergüenza.

Si acabamos de adquirir cualquier artilugio tecnológico, el criticón de inmediato nos mencionará otro de mejor calidad y prestaciones. Si alabamos cualquier iniciativa artística o cultural, el criticón la ninguneará como pálido reflejo de lo que puede verse en otras sociedades culturalmente más avanzadas. Si el gobierno de turno intenta hacer alguna cosa en pro del bien común, el criticón saltará de inmediato a enrostrarnos todas aquellas otras áreas donde lo está haciendo mal. Y si escribimos una columna de opinión, el criticón atacará nuestra redacción, nuestras posibles faltas de ortografía o la ingenuidad de nuestro planteamiento.

No se trata de ocultar lo malo, de disimularlo u omitirlo. No se trata de hacer la vista gorda ante las falencias y defectos de lo que nos rodea; se trata sí, de presentar tanto la falla como sus alternativas de corrección. Detectado el problema, el crítico honesto presentará además sus propias ideas para resolverlo, sus pro y sus contras. Y si notamos que el crítico escasea, precisamente es por la abundancia de criticones, ávidos por lanzarse a la yugular de cualquiera que se atreva a pensar más allá de la crítica oportunista y mediática.

¿Y que propongo yo para no ser catalogado también de criticón? Ya lo digo en el párrafo anterior, y lo remarco ahora: Tenemos todo el derecho a estar descontentos y a expresar ese sentimiento, pero también tenemos la obligación de buscar alternativas viables de solución antes de emprender la crítica feroz. Estoy seguro de que si a cada articulista de un medio cualquiera se le exigiera tal deber junto a su crítica, disminuiría drásticamente la cantidad de criticones, y como efecto benéfico de tal poda, veríamos ideas nuevas, debate de altura y una sociedad mas participativa y constructiva.

Cualquier director de medios de comunicación sabrá reconocer la verdad de este postulado. En lo comienzos de cualquier programa, diario o revista, la novedad es un aliciente para que el consumidor le conozca. Luego, el tono agresivo y de denuncia en una sociedad que vivió la censura y autocensura por 30 años, se constituye en el segundo impulso para la supervivencia comercial del medio en cuestión. Sin embargo, así como el dulce en exceso es empalagoso, la sal en exceso también estropea cualquier plato. Prepare un cóctel cualquiera con el toque justo de Amargo de Angostura, y tendrá un trago delicioso. Pero si se pasa de la medida, sólo le quedará un brebaje imbebible.

Yo creo que la gran masa requiere que se le vuelva a enseñar a pensar. Necesita alejarse de quienes le dan todo predigerido, como los colados de bebé. Requiere reeducar su capacidad crítica, intercambiar puntos de opinión en forma adulta y civilizada, necesita en general, debate con altura de miras. En tanto permitamos la sobreabundancia de opinólogos y criticones, la tarea se nos hará más difícil.